Numerosos tipos de aves encuentran alimento en Las Salinas de San Pedro del Pinatar gracias a la diversidad de charcas

Cada especie tiene un pico y unas patas adaptadas a la zona de las salinas donde se alimenta

Desde la creación de la reserva natural en 1985 y el Parque Regional en 1992, las salinas constituyen un ejemplo de equilibrio armónico entre la actividad económica y la protección de la naturaleza y la biodiversidad

Numerosos tipos de aves encuentran alimento en un ecosistema aparentemente pequeño como el de las Salinas de San Pedro del Pinatar. Al existir tres tipos de charcas distintas: almacenadoras, calentadoras y cristalizadoras, que tienen diferentes concentraciones de sal, existen también diferencias en los minúsculos seres vivos que las habitan y, por tanto, en las aves que se alimentan de ellos. La clave está en el modo en el que lo hacen: cada especie de ave tiene un pico y unas patas adaptadas a la zona de las salinas donde se alimenta.

La explotación de las salinas de San Pedro del Pinatar se remonta a la época de los romanos. Desde la creación de la reserva natural en 1985 y el Parque Regional en 1992, constituyen un ejemplo de equilibrio armónico entre la actividad económica y la protección de la naturaleza y la biodiversidad.

Las charcas almacenadoras tienen una salinidad parecida a la del Mar Menor, aunque algo superior. Son las charcas más profundas y su fondo se compone del lodo resultante de la descomposición de la materia orgánica. Por ello, son las más ricas, tanto en invertebrados y peces como en plantas acuáticas.

Estas charcas son las elegidas por los patos y zampullines, ya que gracias a sus patas cortas y pies palmípedos pueden nadar y zambullirse en busca de plantas, pequeños crustáceos y peces.

También están presentes aquí las aves limícolas más pequeñas, como los chorlitejos, correlimos y vuelvepiedras. Con sus patas y picos cortos se alimentan en las orillas de los insectos que viven en el fango.

Los flamencos se suman a la búsqueda de pequeños crustáceos, pero de diferente manera: con sus largas patas remueven el fondo, sumergen la cabeza y a través del pico filtran el agua para alimentarse.

Charcas calentadoras

Las charcas calentadoras son menos profundas y tienen una mayor concentración en sales que las anteriores. Algunos pequeños invertebrados como los gusanos de sangre y la artemia, y peces como el fartet, han sabido adaptarse a la vida en este ambiente tan salado. Los flamencos, las garzas, las aves limícolas y algunas gaviotas buscan sustento en estas charcas.

Las aves limícolas se alimentan de los pequeños habitantes de las diferentes capas del barro dependiendo de la longitud de sus patas y su pico. Por ejemplo, las cigüeñuelas se alimentan de los invertebrados que viven en las capas más profundas del fango, mientras que las avocetas, con su pico curvado, barren la parte más superficial del suelo. Las limícolas que tienen el pico y las patas más cortas se quedan en las orillas picoteando.

Las garzas están preparadas para pescar peces o cazar pequeños animalillos en los alrededores. Con sus cuellos largos y picos afilados, su estrategia consiste en localizar una pieza y lanzarse rápidamente a por ella.

En estas charcas se alimentan también diferentes tipos de gaviotas, como las picofinas que picotean los invertebrados que ven flotar en el agua. Las gaviotas patiamarillas, en cambio, depredan todo tipo de animales, pescan peces, comen huevos e incluso pollos de otras especies de aves. Las gaviotas reidoras y las audouin buscan peces e invertebrados mientras sobrevuelan las salinas.

En las charcas cristalizadoras la concentración de sal es tan alta que solo bacterias y micro-algas son capaces de sobrevivir, por lo que las aves no pueden alimentarse en ellas y las utilizan únicamente para descansar e instalar sus nidos en primavera y verano.

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